Ha pasado casi un año desde que se identificó el SARS-CoV-2, un coronavirus que le ha dado la vuelta a la forma de entender nuestra manera de vivir y se ha llevado a miles de personas queridas. Con la llegada de la esperada vacuna, se abre una etapa para recuperar una normalidad que nunca volverá a ser la misma que conocíamos. Se abre un tiempo nuevo que nos traerá optimismo y, a la vez, nuevos retos que resolver.

En estos meses próximos no podemos bajar la guardia, porque será un camino largo y complejo. Por ello desde Assistència Sanitària seguimos ideando fórmulas e implantando medidas que permitan seguir garantizando una oferta asistencial de la máxima calidad a todas las persones aseguradas, facilitando el acceso rápido a los servicios de salud y, a la vez, minimizando el impacto negativo de la pandemia sobre la población asegurada y los médicos y centros asistenciales.

La llegada súbita e inesperada de la pandemia ha supuesto que la actividad médica se desarrolle en unas condiciones de peligrosidad muy distintas a las anteriores y, en cambio, ningún médico ha renunciado a la responsabilidad hacia los pacientes inherente al su código deontológico. Es por ello que, como medida excepcional, Assistència Sanitària ha decidido ajustar al alza su retribución, adecuándola a las circunstancias extraordinarias. El objetivo es garantizar la sostenibilidad de este modelo propio de medicina social en manos de una cooperativa de médicos. Es de justicia que socialmente se produzca un reconocimiento explícito de aquellas personas que cada día salvan vidas poniendo la suya por delante y esta es una forma más de agradecer el esfuerzo y el compromiso de los compañeros y compañeras.

Tenemos el convencimiento de que esta es la mejor manera de preservar el ejercicio justo de nuestro oficio y, por extensión, velar por la salud de las personas. Mantendremos la firmeza para, siempre con criterio médico, aplicar con medios y garantías la mejor estrategia.